Flotando ahí abajo con IT, nuevamente
Llevaba tiempo esperando para devorar el desenlace de IT. Desde que poco antes de ver la primera película se hizo oficial que la historia quedaría dividida en dos películas (la primera con lo relativo a los perdedores de niños, la segunda con los integrantes del grupo de mayores) yo ya tenía unas ganas locas de ello.
En cuanto se desveló la fecha de estreno me puse a descontar días. Lo hacía como si fuera un gran evento. Daba palmas como las foquitas cuando iba arrancando páginas del calendario, pensando en que se acercaba el gran día. Paralelamente a eso, los descontaba por otras razones y avanzaba aquí y allá con eso a lo que llamamos vida.
Por supuesto quería estar cuanto antes en el cine, flotando con Pennywise, acompañando a esos rivales suyos de Derry que tendrían que unir sus fuerzas una vez más para terminar con la pesadilla. El universo, sin embargo, quiso que mi experiencia se viera demorada; un viaje a un país muy, muy lejano donde no se estrenaba hasta un par de meses después, hizo que quedara postpuesta mi visita al cine hasta encontrar un momento a mi retorno, siempre y cuando la siguieran echando en algún lugar. Afortunadamente, se trata de una película americana con mucho tirón, con una gran campaña de marketing detrás y que cosechó muchísimo éxito en su primera entrega, lo que me daba cierta calma. Aun así, por si acaso contaba con que, a las malas, podría esperar a cuando estuviera en alguna de las plataformas de pago tipo videoclub o a cuando saliera el BD, pero la vería sí o sí en cuanto me resultase posible.
IT 2 comienza con mucha fuerza. La película resulta más aterradora que la primera; pero el mayor de los miedos es precisamente lo más cercano, lo más real, lo que ocupa cientos de titulares en todo el mundo y contra lo que tenemos que luchar. De hecho, la película es un viaje a qué es lo que más pavor da a los protagonistas y, al mismo tiempo, parece que nos cuestione a nosotros mismos, como espectadores, a qué tenemos pánico.
El ritmo de la película es bueno, su trama también, pero al mismo tiempo algunos cambios con respecto al original me rechinaban un poco. Obviamente, por ser un formato distinto, debe haber diferencias y estoy contenta con el resultado, pero no encuentro la razón que hay tras algunas de las decisiones tomadas sobre aspectos tan relevantes en el original de Stephen King.
¿Tanto hype mereció la pena? Bueno, no puedo afirmarlo rotundamente, pero tampoco tengo razones de peso como para negarlo. A fin de cuentas, emocionarse por algo que a uno le gusta es propio de los humanos y por mucho que prefiera la primera parte como adaptación, esta segunda no ha estado nada mal. Lo único que he echado en falta es más tiempo en pantalla precisamente del que da nombre a la obra: del villano, de It, la verdadera estrella (roñosa y podrida, llena de rencor y maldad, pero estrella al fin y al cabo).