uno, un juego de cartas que gana sin una baraja real
Cuando Xbox 360 llegó a casa, hace ya una buena montonera de años aunque no lo pudiera parecer a bote pronto, me enganché cosa mala al UNO, un juego de cartas al que ya había jugado antes, pero que gana bastante en su versión de videojuego por una parte concreta que hay dentro de él en el que no queda otra que fiarse de lo que diga otro rival tanto si te miente como si no, porque no hay manera de demostrarlo en la mayoría de partidas a no ser que hubiera una persona de fuera viendo las cartas de todos.
Me explicaré, ya que precisamente en UNO la picardía y los faroles son el pan de cada día, lo que le da fuerza a un juego tan simple como de seguir colores o números. Pero ahora os explico mejor.
A UNO se puede jugar con dos o tres personas, pero lo ideal son cuatro por todos los momentos de puteo de saltar turnos y para que haya más miedo con quién se va a salir primero, es decir, quién se quedará sin cartas. Si uno comienza por ejemplo por un 2 rojo, el siguiente jugador puede echar bien una carta roja cualquiera o bien un número 2 de cualquier otro color, o como última instancia podría gastar un comodín, que los hay de dos tipos, de decidir cambiar a un color (el que el jugador quiera) o eso mismo pero además penalizando con cuatro cartas al siguiente y fastidiándole el turno, y aquí es donde entra el problema del que hablaba antes, ya que para este comodín hace falta confiar en quien lo echa ya que se supone que al contrario del primero sólo debe ser echado cuando no puedes seguir el palo o de lo contrario, te caerían a ti cuatro cartas, es más, si el otro no se lo traga tal cual y resulta que es cierto que no podías seguir, le caen seis cartas en lugar de cuatro como castigo a no creerse que no te quedaba alternativa. No habría problema con esto si no fuera porque con cambios de palo continuos y posibles robos de carta por no poder seguirlos o porque le caigan de parte de un jugador (al echarle también uno de esos comodines o una de más dos cartas de las que hay en cada uno de los colores y que te provocan que robes dos) es imposible saber si cuando aseguró no tener (para no llevarse cuatro y además darlas fastidiando un turno) era cierto o no, ya que podría tenerlas tras esos robos y no antes.
Pero la cosa en cuanto a lo de que es más divertido en versión de consola o de móvil no acaba ahí, ya que es mucho más fluido al no andarse liando nadie nunca con los cambios de sentido, con los turnos anulados o con que si han cantado o no UNO cuando se van a quedar con una sola carta. Pero nada es perfecto tampoco por el momento, ya que aunque es muy fácil encontrar a gente con la que jugar (y si no saldrían bots) hay que contar con posibles cuelgues de servidores o, en el caso del más famoso del móvil, con que sea demasiado aburrido su sistema de «rasca y gana» cada 45 minutos para conseguir puntos de juego aleatorios que gastar cuando se quiera, con el desgaste de batería que eso conlleva y con lo aburrido que es andar atento de vez en cuando para entrar a coger puntos para guardarlos y tenerlos cuando uno de verdad quiera echarse unas partidas, porque en caso contrario no habría manera de hacerlo al no tener un sistema de que se vayan cargando barras con el paso del tiempo o algo así que es lo que suele ocurrir en los free-to-play de móvil como por ejemplo en Puzzle and Dragons, Zookeeper o Love Live SIF.
Esperemos que recoja las riendas alguien que haya una versión en condiciones sin fallos, porque es un juego que se presta mucho a que cualquiera lo coja por banda y se le vaya el tiempo sin darse cuenta entre partida y partida y torneo y torneo.