Serie

Conociendo un distorsionado pueblo de Castle Rock

Mientras estuve consumida por la maldición de Hill House, con esa adaptación del libro homónimo, miraba de reojo los carteles de Castle Rock. Como fan convencida y confesa de Stephen King desde los tiempos de Maricastaña tenía unas ganas enormes de echarle el guante, pero me tocó esperar bastante tiempo para hacerlo. Eso sí, cuando lo hice me quedé pasmada. En el buen sentido de la palabra.

Castle Rock no es la adaptación de ningún libro del autor de It o Cementerio de animales. La serie es un homenaje realizado al, para muchos, maestro del terror al ambientarse en ese mismo lugar mencionado en tantas obras suyas. Puesto que entremezclarlas para crear a través de ellas algo único era imposible respetando el canon, lo que tenemos es una historia original con algunas referencias y guiños, con licencias para que haya personajes o situaciones que nos evoquen a esa ficción original que se nota tanto que admiran los creadores de la serie. De este modo tenemos por ejemplo a una Jackie Torrance, se habla sobre un perro con rabia que la armó fina o sobre un alcaide corrupto en Shawshank que se suicidó en su propio despacho al saber que había sido descubierto. Quienes estén familiarizados con los libros (o adaptaciones) de este popular escritor, pillarán esas referencias y serán un pequeño caramelito que endulce sus almas durante el visionado, pero para los que no, pues simplemente son comentarios sin más y pueden seguir la historia sin perderse nada, ya que no está centrada en el fanservice, en la complacencia de sus más acérrimos seguidores, puesto que eso está ya no en un segundo plano, sino en ligeras menciones de relleno.

Cada temporada de Castle Rock nos relata una historia diferente con su propia ambientación, reglas y personajes, aunque transcurriendo en el pueblo del mismo nombre que el de este producto audiovisual. En la primera temporada estábamos ante algo completamente oscuro, que pecaba de ser denso en varios capítulos centrales, pero con un par de episodios finales de agarrarse la sesera y comenzar a chillar de la emoción.

Dos de los actores de los personajes principales ya habían dado vida a otros entes dentro del Kingverso. Por un lado estaba Sissy Spaceck -quien hizo de Carrie- y por el otro Bill Skarsgård -conocido por su papel como Pennywise en IT-. Sus interpretaciones anteriores no tienen nada que ver con los papeles que realizan en Castle Rock, aunque sus papeles (junto con el de André Holland) son los más relevantes.

La primera temporada nos cuenta una oscura historia relacionada con una familia. Todo comienza con una llamada de teléfono y con el retorno de Castle Rock de Henri, un abogado por el que parece ser que alguien pregunta en la cárcel y que, al llegar, descubre que las cosas no van tan bien por su pueblo natal como se creía. Con una mezcla entre lo paranormal y lo cotidiano, se nos relata una historia con varios puntos álgidos y que remata con un final ligeramente abierto, pese a que no se siga ese camino para esa segunda temporada aún en emisión que no guarda relación con lo anteriormente mostrado.

La serie no está repleta de escenas con planos cortos o música que nos saque del asiento, pero tiene momentos duros, personajes perturbados y sobre todo una ambientación súper oscura que hará las delicias para los que, como yo, adoran el terror. Eso sí, su ritmo peca de ser algo irregular con bastantes tramos lentos y, al mismo tiempo, condensados con bastante información y dobles lecturas que pueden perderse si no estamos atentos porque no se recalcan para lo relevantes que pueden resultar.

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