Despidiendo la tercera fase del UCM con ‘Vengadores Endgame’
La llegada a cartelera de Vengadores: Endgame tuvo lugar el pasado 25 abril en España (26 en Estados Unidos) de manera simultánea en todo el mundo. La película, que se encuentra en el segundo puesto de las más taquilleras de la historia (el primero lo ostenta Avatar), tiene en su haber ya varios récords, como el del mayor de los estrenos en España o la que vendió más entradas de manera anticipada.
Después de cómo finalizó en 2018 Vengadores: Infinity War, se ha considerado por muchos este film como uno de los grandes eventos del año. No es para menos, pues no solo es la continuación de algo que quedó abierto con algo que supuso un desenlace inesperado, sino que es también el cierre de una etapa de más de una década. La llamada tercera fase del UCM finalizó aquí; la despedida final a Stan Lee en cuanto a sus cameos también se dio aquí.
En marzo cayó de cabeza el día del estreno la cita ineludible con Capitana Marvel. Lo mismo puede decirse de, poco más de un mes después, Vengadores: EndGame.
Las preguntas e hipótesis sobre lo que sucedería llevaban acompañándome desde el 17 de junio del año que nos precede. Desde Marvel ya avisan que no estamos preparados y, ciertamente, así es.
La montaña rusa de emociones, el cómo miran a resolver el embrollo en que se han visto por Thanos estaba ahí en cada fotograma. Esto se intensifica precisamente por el largo viaje de más de 20 películas previas. Veinte realizaciones que, si bien no es necesario haber visto, aportan lo suyo ya no sólo por el tema de conocer a tanto superhéroe y superheroína; también por detalles de la trama y escenas pensadas precisamente para quienes estuvimos ahí, viendo cómo se formó el grupo, cómo cada uno interactuaba con el resto, con mayor o menor apego. Siempre estaba ese fin común que los acercaba pese a las diferencias, cada Vengador sabe que el espíritu de superación y el compañerismo son necesarios para vencer cualquier amenaza y aunque es difícil dejas atrás las rencillas, son capaces de estar por encima de sus discusiones internas, de tirar por la borda su orgullo individual en pos de salvar el mundo uniendo fuerzas.
Cada tráiler que fue saliendo antes de que Endgame estuviera en salas nos mostraba tan solo pequeños detalles sobre esa fuerza de voluntad, ese deseo de vencer como fuera. El convencimiento de hacerlo «cueste lo que cueste» era esperanzador para que se volvieran a levantar quienes ya habían mordido el polvo, algo que conocía bien Carol Danvers pese a no haber estado en La Tierra durante el anterior combate. Ese soplo tan ínfimo al que aferrarse era la esperanza que todos necesitábamos.
Tres horas de película que se pasaron en un suspiro fue lo que realmente me encontré la noche que, junto a Moi, la vi. Gritos de júbilo, aplausos y llantos colmaban una sala que se había llenado, literalmente, a la llamada de «Vengadores, reuníos».
Redonda y apasionante. Repleta de escenas recreables una y otra vez. Podría decir que a estas alturas quiero 3000 a gran parte del elenco y me quedaría corta. La próxima parada serán los tejados de Queens. Hasta entonces, como mínimo, me acompañarán los recuerdos de esa experiencia con pañuelos llenos de mocos y lágrimas, y, entre tanto sollozo, resuena en la mente un único pensamiento: gracias por tanto.