Mi primera vez haciendo caligrafía japonesa
Esta tarde he estado en un taller de caligrafía japonesa o shodô (書道), impartida por la escuela en la que estudio japonés.
Nunca antes había cogido los pinceles, o fude, como los llaman ellos, aunque tenía curiosidad desde hace años. Es llamativo que, para nosotros, la caligrafía es simplemente tener una letra bonita, ya que es lo que significa, literalmente, pillando sus dos partes del griego que forman la palabra (cali de καλὸς: bonita y grafía de γραφία: escritura), pero para los japoneses, esto no se queda simplemente en que no te pases toda tu vida escuchando quejas sobre lo fea que es tu letra, o lo mal que escribes (que eso, en mi opinión sería más una cosa de contenido, estilo, semántica u ortografía que de belleza o claridad al leerlo cualquiera). Pero para los nipones esto es un arte para el que tienen distintos tipos de papel, de pinceles, de tinta… y de hecho la sensei de hoy nos ha explicado que es importante estar relajado, porque es una actividad de lo más zen en la que hay que reflejar sobre el papel lo que lleva uno dentro, aunque sea simplemente poniendo un palito.
Tras unos ejercicios de calentamiento y habituamiento con los pinceles, Kishi-sensei (cuyo nombre artístico es Ranko, que significa: aroma de orquídea) hemos sido sometidos a un pequeño test grafológico del que no sabemos los resultados ni si estos llegarán, por lo que es algo que queda un poco en el limbo y después ya hemos pasado al gran desafío: escoger algo que nos gustara, una palabra, o un concepto, y ponerlo sobre una cartulina que después se expondrá a la vista de todos los visitantes. Mi palabra escogida, por mi amor incondicional y porque pega mucho con mi carácter animado, ha sido «ninja», que me ha quedado como podéis ver en la imagen que encabeza esta entrada del blog. Evidentemente me refiero a los dos kanji grandotes, ya que lo que hay a la izquierda es simplemente una pequeña firma con mi nombre.
Después de eso, y como aún teníamos un poco de tiempo, hemos tenido la oportunidad de hacer otra cosa más con los pinceles, para traernos de recuerdo a casa y, también, Ranko nos ha regalado una creación suya con nuestra palabra escogida para la exposición, pero con otro estilo de caligrafía más distendido y veloz, con el que los kanji se escriben de otra manera. La imagen de la izquierda, hecha sobre papel vegetal, es mi versión de «tanuki» (un mamífero muy simpático japonés que por ejemplo aparece en la película «Pompoko») y el otro es la versión de «ninja» de esta mujer tan simpática que se ha esforzado por hacernos llegar otra pequeña faceta de lo más importante de Japón, sacándonos unos momentos de paz de lo más relajantes.
Si alguno está interesado en ver la exposición con mi cartulina de «Ninja» y las de las palabras escogidas y pintadas por mis compañeros, ya os contaré a partir de cuándo puede verse y dónde es, porque de momento es una incógnita.