Cosas chulas

Hablando de mi primera Mont Blanc en la colección de artículos de escritura

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Una de mis perdiciones, de siempre, han sido los artículos de papelería, que unidos a mi pasión por la literatura están en lo más alto de mis intereses y encima encaja todo tan bien junto… ¿verdad? Toda la vida mirando escaparates, secciones de papelería en diversos centros comerciales, conociendo tiendas especializadas en distintas ciudades… y por fin, tras desearla desde mucho antes de que me fijara ni tan siquiera en otras cosas como la cultura japonesa, tengo una pluma estilográfica Mont Blanc, la mejor adquisición para la colección de artículos de escritura tan variopinta con la que cuento y en la que englobo sobre todo material desechable que, en menor medida, también me fascina como un set especial formado por un número bastante alto de bolígrafos de colores de Uniball o Pilot, gomas de Faber Castell protegidas en su funda, rotuladores y roller de Rotring y otras marcas, etc. Todo lo que me ha ido llamando la atención, que estuviera dentro de mis posibilidades ha ido cayendo en mis manos y lo extraño es que en Japón tan solo cayera un portaminas la mar de mono (y barato) con minas de dureza semiblanda, porque en mi repertorio de objetos puede haber un poco de todo, a excepción de lo que considere herramientas del diablo como los famosos Bic cristal (de toda la vida, como se conocen) y otras tantas cosas similares con las que ni se escribe en condiciones ni son idóneas para ello porque terminan deformando los dedos al tener que hacer mucha más presión que con cualquier bolígrafo de gel o similar.

fotos pluma_-_007Comentaba que por fin, tras tantos años de espera, suspirando cada vez que veía el logo de Mont Blanc, tengo mi primera adquisición de la marca y es nada menos que de un modelo perteneciente a su colección de escritores. Desde 1992 cada año han sacado una pluma sobre un escritor y en 2012 le tocó el turno a Jonathan Swift, autor de los viajes de Gulliver, del que es mi pieza de coleccionista que he cargado con tinta verde que tenía por casa de una Waterman que había estado usando hasta el momento y que no se va a jubilar precisamente.

No es que ésta fuera la primera pluma que me gustaba de los escritores, ya que por ejemplo la de Poe me vuelve loca, pero estas cosas limitadas ya se sabe que o tienes la suerte de verlas cuando toca (o cuando los astros parecen haberse alineado para ti) o desaparecen y de ellas nunca más se supo… igualmente, Swift me encanta con sus sátiras y su libro de los Viajes de Gulliver (que releeré pronto) es una pasada y gracias a él existe la película «El castillo en el Cielo» de Ghibli, en la que se hace un viaje a la isla de Laputa, nombre que se censuró en España y se cambió por Lapunto ya que sonaba mal.

fotos pluma_-_010Puede parecer tontería, pero la suavidad con la que se escribe con una gama alta como ésta es algo que uno tiene que probar por sí mismo. Además, unido a la elegancia y a lo gordita que es (prefiero siempre las plumas más bien gruesas porque me hago mejor a ellas), es toda una maravilla. Además de tener la firma de Swift en un lateral, está llena de otros detalles sutiles en todo su diseño, como las cuerdas con las que los liliputienses ataron a Gulliver cuando llegó a su país, el capuchón con forma de sombrero de la época con unas escaleritas en su solapa o el grabado sobre el plumín en el que se ve también una de las escenas de las ocurridas en Liliput.

Las fotos que os pongo no reflejan del todo bien la belleza de esta pluma de la que tan orgullosa me siento y que ahora llevo conmigo a prácticamente cualquier lado, ya que ni dispongo de un objetivo macro, ni tenía una iluminación adecuada, ni soy una experta en fotografía, pero creo que valen para que os hagáis a la idea de su diseño y de lo bien hecha que está esta pequeña preciosidad.

¿Os mola? ¿Os pasa como a mí con las cositas de escribir?

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