Sekai no chuushin de, ai wo sakebu (世界の中心で、愛をさけぶ) -Sekachu-
Después de verme el drama romántico de 1 litro de lágrimas, me quedé con ganas de más y como su especial era un coñazo supino (como todos los especiales que hacen en dorama que o bien son resúmenes o son paja y más paja que no viene a cuento para una historia ya finalizada) pues busqué un poco por la red y di con Sekai no chuushin de, ai wo sakebu (世界の中心で、愛をさけぶ) que acortado y como los japoneses dicen se queda en Sekachu, porque a ellos les encantan los nombres largos y después siempre buscan una forma más cortita de referirse a ello.
Sekai no chuushin de, ai wo sakebu es un dorama de 11 capítulos basado en un libro homónimo que a España ha llegado bajo el título de Un grito de amor desde el centro del mundo, lo cual es muy acertado por las cosas que pasan. Aunque no me he leído el libro, no descarto hacerlo en el futuro, porque este dorama estaba chulo.
La serie comienza cuando el protagonista intenta enfrentarse a su pasado, diecisiete años después de que ocurriera algo que aún le sigue doliendo como si le hubiera pasado esta misma mañana. Perdió al amor de su vida de repente por una enfermedad que se la arrebató. Eran dos adolescentes que justamente tenían la misma edad que el tiempo transcurrido después y aunque no estuvieron mucho tiempo juntos, bastó para provocar en él un dolor tan profundo que tuvo que irse de su pueblo al graduarse del instituto y no regresa hasta un día en el que, por diferentes causas, se da cuenta de que va siendo el momento de esparcir las cenizas de su queridísima Hirose Aki. Ya desde el principio se nos cuenta qué pasó con esa chica, pero después, capítulo a capítulo se va viendo su historia de amor desde antes de que empezaran a salir hasta que se separaron para siempre y, entre medias de tanto flashback, se conoce también un poco al Matsumoto Sakutaro adulto, creando un enganche bastante considerable.
La historia está muy guay con momentos de risas, de llantos… y sobre todo es muy bonito ver la ternura con la que se quieren estos dos adolescentes. Son muy monos con sus intercambios de cintas dejándose mensajitos y demostrándose lo mucho que se quieren en cada momento a pesar de los malentendidos o de no tocarse fisícamente. En toda la serie se dan un par de besos y aun así, Sakutaro queda marcado de por vida con un vacío tan grande que nunca jamás logrará llenar.
El nombre del título de Sekachu viene de Uluru, un lugar del que Aki comienza a leer cosas desde el hospital tras conocer a otro chico con su misma enfermedad y que existe en la vida real, ya que es el nombre aborigen de lo que coloquialmente se conoce como Ayers Rock, una zona rocosa de Australia donde se dice que está el centro del mundo. Ella, continuamente, una vez ingresada, habla de Uluru porque se ha convertido en todo un sueño el viajar hasta allí y ver su cielo. De hecho, como en el hospital tan solo ve el techo y no el cielo, se obsesiona un poco y para que se encuentre mejor, su amor le lleva fotos del cielo hechas desde distintos lugares y a distintas horas para que tenga un gran repertorio.
Como curiosidad, la protagonista (que se hace llamar Ayase Haruka en la vida real, aunque ese no es su nombre) estuvo a dieta durante el rodaje e incluso se afeitó la cabeza para meterse más en el papel de su personaje.