Muerte y destrucción como modo de vida en La purga
Quienes vengan siguiendo mi blog desde hace tiempo, se habrá dado cuenta de que suelo hablar de cosas que me gustan (prefiero dedicar mi tiempo y energía en aspectos positivos en lugar de hacerlo en lo que me desagrada) y que de lo que más escribo por aquí es de series y películas (por lo general de terror o con un toque friki), videojuegos y cómics. Hoy lo voy a hacer de algo que si bien no me gusta tanto, sí lo hace la idea sobre la que se sustenta que, por otro lado, encaja por temática de lleno con el contenido de Multiversos difuminados.
Esta semana vengo a hablar de La purga, una franquicia bastante conocida. No en vano, es así, ya que está conformada por varias películas y una serie que consta de dos temporadas independientes. ¿De qué trata esto? Bueno, se cuenta que en Estados Unidos durante una noche al año es lícito y legal cometer cualquier crimen y que no será perseguido. Además, durante las 12 horas que dura ese evento tampoco se atienden urgencias clínicas ni hay servicios de bomberos, etc. Para estas purgas hay gente que lo espera con ganas para delinquir de alguna manera, mientras que otras personas desean que no llegue nunca para que respeten sus hogares y, sobre todo, su vida. Se nos cuenta que lo que más se hace es matar a los demás y que quienes más defienden su «derecho a la purga» son los más adinerados, que tienen siempre la boca llena de elogios para esos «padres fundadores» a los que les agradecen que crearan algo así con lo que se pueden divertir purgando, haciendo limpia de esas personas que les caen mal o a las que consideran tan sólo válidas como sujetos de entretenimiento.
Como comentaba antes, películas y serie van por diferentes caminos, aunque la idea sea la misma. Todo es independiente y al mismo tiempo está conectado, como mínimo por esa idea y por el hecho de que podría tener una continuidad en otro momento y otro lugar, si así queremos pensarlo. Hay algunas más interesantes que otras o con unas tramas que pueden parecérnoslo. El caso es que, aunque no sea más que por curiosidad sobre cómo se trata ese tema tan polémico que daría para muchos debates en clases de ética en el instituto, me parece que es algo recomendable. No es necesario verlo todo y basta con escoger una cosa cualquiera de entre todas las que se incluyen con el título de La purga, al menos para entenderlo a la perfección, pero tampoco pasa nada por devorarlo todo para compararlo, por completismo o por la razón que sea.