Conociendo la mente perturbada de Joker
Hace ya bastante vi la película de Joker en el cine. Coincidió durante un tiempo en cartelera con un personaje de ficción de características similares, me refiero a Pennywise al que, al igual que al villano de Batman de la amplia sonrisa y la cara llena de pintura blanca se cataloga de payaso (por más que ESO no lo sea) y disfruta con el sufrimiento ajeno, sobre todo por el que provoca él mismo.
Tal como podría cualquiera imaginar, el largometraje trata sobre Joker. Él es el personaje alrededor del que ocurre todo. No es ya que sea el protagonista indiscutible y el que ha hecho que el filme lleve su nombre, sino que se nos muestra cada una de las escenas desde algo que realiza o piensa. Es un filme con un peso fortísimo en el actor que da vida a ese zumbado tan caricaturesco como carismático del cómic tan popular. No en vano, esta introspección arriesgada y original, le valió varios galardones a quien lo interpretó por dotar su papel de tantos matices e incluso crear una risa histriónica tan pegadiza como tenebrosa e inolvidable.
A una infancia dura se le suma una etapa adulta que hasta el momento no sólo no ha mejorado, sino que ha tenido dando tumbos inciertos a quien sueña con hacerse un hueco en el mundo del humor. Los trabajos le duran dos telediarios, malvive en un sucio y enano piso con su madre, sufre de desequilibrio mental, no tiene amigos ni nadie en quien confiar… y por más que esté en el fondo del abismo, trata con sus métodos de hacer reír a la gente, de ser un cómico de éxito que incluso aparezca en el show de Murray (interpretado por De Niro) al que tanto admira y del que procura no perderse ni un programa.
Esta no es una historia amable y llena de felicidad donde la gente celebra sus triunfos o en la que el protagonista es tan sociable y adorable que todos parecen bailar las aguas a su alrededor. Se trata más bien de un descenso a los infiernos desde un terreno inestable, volcánico y pedregoso sobre el que caminamos descalzos y solos.
En Joker se nos muestra cuán perturbado está el personaje y cómo lo que comienza en una amplia gama de grises, se convierte en una negra y densa capa viscosa, justamente cuando más colores podemos ver en pantalla: verde y morado. Mientras destacan esos dos tonos tan vivos, alrededor de la figura de ese comodín loco de la baraja de póker se ha sembrado la muerte.