Arrastrados por los vicios de ‘Californication’
En menos de dos semanas nos ventilamos en casa la serie Californication que vimos desde un servicio de streaming al que estamos sacando un enorme provecho.
Esta serie, protagonizada por el protagonista de Expediente X, deja claro que David Duchovny no está nada encasillado a pesar de haber estado tantísimos años haciendo el papel de inspector pavisoso rodeado siempre de casos paranormales y, de hecho, Hank Moody, el protagonista de esta historia no se parece en nada a lo que muchos estábamos acostumbrados a ver de él, pero es que tampoco es un personaje que uno se encuentre en muchas historias, ya que es un despojo, pero al mismo tiempo un caballero.
Hank Moody es un escritor vagorro, fiestero, con adicción por el sexo y sobre todo, un completo enamorado de su chica y un auténtico amante de la figura de la mujer y no solo por llevarse a todas las que puede a la cama, sino también por el enorme respeto que siente por ellas porque aunque se pase la vida metiendo la pata y se meta en muchos fregados, es un hombre fiel siempre que está con alguien, a pesar de su adicción, y es también feminista, todo un luchador a su modo de la igualdad que no duda en defender por ejemplo a una prostituta, porque considera que ni el ser mujer ni su trabajo son sinónimo de que otro se aproveche de ella.
La serie entera gira en torno a este personaje, a su relación con Karen que tan pronto están juntos como separados, casi siempre por malentendidos, aunque a veces también porque ella es un poquito cabrona. Y también tenemos siempre ahí algo que está ligado estrechamente con Hank, su representante y la mujer de éste.
Siempre en tono de humor, con títulos de episodios con nombre de canción de Rock&Roll (y el de la propia seria también, haciendo referencia a la canción y disco «Californication» de Red Hot Chili Peppers, y que tanto le pega por aquello de que es en California y se fornica muchísimo) veremos cientos de situaciones desternillantes e interesantes de uno de los mejores personajes de ficción, porque el que no sea una serie coral tampoco es malo (ahí tenemos al Dr. House).
La adicción hacia Californication una vez que uno empieza a verla es comparable a la de Hank por el alcohol, las drogas o el sexo porque los diálogos y escenas son tan interesantes en cada una de las temporadas (salvo en la última que a mi parecer sobra por completo y quedaba cerrado todo bien sin meter el efecto culebrónico de la nada) que lo más normal es que si os ponéis a verla también busquéis siempre hueco de donde sea o la metáis de fondo mientras realizáis otras actividades porque es muy grande.
Si tenéis problemas con lo sexual y para vosotros es un tabú, entonces mejor que os mantengáis alejados de algo tan lleno de escenas de cama, chistes picantes y filias de todo tipo, pero no es algo pornográfico y explícito, sino que es una serie de humor que trata sobre ese tema abiertamente.
Cómo evolucionan los personajes que rodean a Hank, junto con él mismo, o los momentos de flashback para comprender mejor el presente al conocer el pasado también molan mucho, ¡si es que no puedo decir nada malo de esta serie, porque lo pasé tan bien con ella!
De verdad que si podéis, echadle un ojo porque es una pequeña joyita que puede pasar desapercibida.